miércoles, 24 de mayo de 2017

Quién llama, Soy (las habitantes IV)

Le Sacre Du Printemps, Pina Bausch














Dice, manda decir, La Dama, salgo y entro de la región de muerte caigo de la noche me precipito a tierra sobre Las Habitantes que duermen o deambulan o salen de potrancas en vuelo bajo tormenta bajo penumbra fuman con lánguidas pestañas hacia arriba lentísimas ascienden polvo de estrellas de allá donde provengo el rayo que fornico como un signo sagrado destructor cuando los animales se esconden de la violencia del contraste entre la tierra debajo y cielos quebrados en los cristales rotos, Quién llama, Soy, todas las formas del agua la fuerza del agua la rueda completa de la furia a la piel quieta de una laguna charco la levedad de las nubes la invisibilidad del aire en algunos sitios claros bordes limpios como un destello sobre el puñal en la tierra que traza una vez más el Círculo, Quién llama, Soy, gobierno en la altura del corazón del ángel, Dice, manda decir, La Dama, Quién llama, Soy, principio que concentra un cúmulo de nervios músculos extremidades pulsares igual que una semilla a punto de aflojar el tallo para las hojas flor fruto la tierra paciente sementera en la mañana eriaza o en los descansos de la rotación anual del mito del tiempo de lo salvaje a lo quieto o toda la distancia que recorre la luz el trueno el temblor como el que te sobresalta desde tormentas de infancia, Dice, manda Decir, La Dama, Quién llama, Soy, los pies la planta de los pies de todas Las Habitantes de la cabeza al tronco al sexo al mundo de la vigilia absorta en el cuajo nocturno en altos techos de cada ciudad perdida en un mapa tatuado y vibrátil en desaparición












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