© Roger Ballen
Y después vi los ojos de los hombres, furia y pompa, y mil preguntas muertas y palomas rodeando un hueco y vi un túnel extenso forrado de plumas, alas y ojos, caminé dentro de los ojos de los hombres, un mugido de miedos garras sangrientas aferrando oro, geografías de la nada, frías, álgidas, vórtice de personas, los belfos secos, las costillas a la vista, y rodeando el vórtice hombres engalanados de frac y galera, de sus pechos duros salían palabras Mentira, Engaño, Muerte, Hipocresía, vi al Puerco-Niño estremecerse de gozo viendo el Todo, sus manitas blandas reverberaban en el gris oleoso, extendía los dedos menudos hacia lo alto, ¿buscando a quién? Su hermano gemelo, estático, los ojos ciegos en dirección al propio pecho, la cabeza colgando, el cuerpo perlado, excrecencia y nácar.
Señora D, vengo en representación del pueblo, la confesión, la comunión ¿no la quiere? Mi nombre es
Señora D, vengo en representación del pueblo, la confesión, la comunión ¿no la quiere? Mi nombre es
¿de dónde viene el Mal, señor?
misterium iniquitatis, Señora D, hace milenios que luchamos con la respuesta, buenos y malos coexisten, el cuerpo del Mal está separado de lo divino.
¿quién creó el cuerpo del Mal?
Señora D, el Mal no fue creado, se hizo, arde como hierro candente, y cuando quiere se enfría, es hielo, nieve, tiene muchas máscaras, por lo pronto, ¿no le gustaría deshacerse de las suyas y devolverles la paz a sus vecinos?
¿y cómo es el cuerpo del Mal?
¿y cómo es el cuerpo del Mal?
de oscuridad y oro
sólo tengo cosas opacas, peces marrones, frutas secas, bolsas, herrumbre, estiércol y mi propio barro: la carne.
¿por qué cierra siempre las ventanas?
¿y por qué debo abrirlas?
y por qué las abre de golpe y asusta a la gente y grita?
el cuerpo es quien grita esos vacíos tristes
¿por qué no alimenta el cuerpo con afecto, aceptando la simpatía de los otros?
porque el cuerpo está muerto
¿y el alma?
el alma es huésped de la Tierra, te busca y te mira a los ojos ahora, y te ve lleno de preguntas
soy un hombre como cualquier otro, Señora D
entonces vía, fuera, seguí tu ruta hombre como cualquier otro
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